22 septiembre 2006

Por la verdadera democracia

Estado de sitio diciembre 2001La República Argentina atravesó desde su independencia, una intensa búsqueda de la democracia como modelo de gobierno. Y fue el pueblo quien lo logró.
Sin embargo, a lo largo de la historia y pese al sentimiento general del pueblo, los malos gobiernos (o la ausencia del mismo), la corrupción, el bandalismo, las clases de dominio económico, las dictaduras, las tiranías y la invasión ideológica extranjera, nos presentaron las principales trabas a la unión de nuestro pueblo.
Nuestro sistema democrático se encuentró al borde de un colapso por la falta acción de democracia que empleó el Poder Ejecutivo que por entonces nos representó.
Sin duda todo argentino tiene en su interior un sentimiento de paz, un deseo de progreso, un espíritu de justicia y libertad, un gran respeto por la vida de todo ser humano, y anhelo de unidad sin fronteras de clases sociales, religiones e idiomas.
Sin embargo hoy, el pueblo mira con anhelo en sus pupilas la situación que ha parecido sensación en otros tiempos. Podemos fielmente recuperar la confianza en nuestro sistema democrático, gracias que nunca hemos prestado atención a los que optaban por la anarquía con aquellos cánticos que mal ruido hacían de "que se vayan todos"... Ignorantes aquellos porque nunca han militado.
El pueblo necesita del respeto de sus gobernantes. El pueblo recuperó el respeto con su gobernante. Gracias Néstor por devolvernos la República que todos queremos.

2 comentarios:

Leandro Tirel dijo...

El pueblo argentino nunca tuvo identidad. Como todas las naciones colonizadas por los europeos, la composición de la sociedad es una mezcla más o menos heterogénea de españoles, italianos y demás inmigrantes del viejo continente, con los pocos nativos reales de esta tierra que sobrevivieron a la masacre de la "gloriosa" Campaña del Desierto. Yo me pregunto: ¿Cuál es la identidad de un pueblo con estas características?
Nunca te preguntaste si quizás la independencia de los países latinoamericanos no fue mayormente causa de los cambios del siglo XIX, que del ímpetu de sus propios pobladores. Los países europeos que encabezaban el liberalismo, después de la Revolución Francesa iniciada en 1789, eran los más beneficiados si latinoameríca era libre de colonialismo para seguir siendo esclava desde otro lugar. Todavía lo siguen siendo...

Carlos Gustavo dijo...
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